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como se han llamado en mi casa desde siempre, patatas rebozadas.
Hoy
hacia un día de esos que te apetece estar en casa agusto. Teníamos un conejo al
ajillo con ensalada, pero al final nos decidimos por acompañarlo con un plato más
acorde con la temperatura de esta época del año.
Un
plato tradicional que nunca ha faltado acompañado de mi familia. Para mí, todo
un homenaje.
Ingredientes
(para 4 personas)
2
patatas grandes
5
dientes de ajo
Harina
Perejil
picado
1
huevo
Aceite
1
hoja de laurel
Agua
1
vaso de vino blanco
Empezamos
Pelamos,
lavamos y cortamos las patatas del grosor de un dedo aproximadamente.
Las
salamos al gusto y las rebozamos. Ya sabéis, las pasamos por harina (sacudiendo
la sobrante) y luego por huevo, para posteriormente freírlas brevemente en
aceite caliente hasta verlas doradas
Reservamos
las patatas.
En
una cazuela plana, o una sartén honda, con el fondo cubierto con un poco de aceite,
sofreímos unos ajos con el laurel y abundante perejil picado hasta que queden
ligeramente dorados. Añadimos una cucharada rasa de harina y removemos para
dorarla evitando se nos formen grumos.
Incorporamos
el vino blanco, las patatas y agua suficiente para cubrir el conjunto.
Salamos
la salsa como más nos guste y dejamos cocer unos 45 minutos a fuego suave.
Consejos
Si
no estas seguro de que estén cocinadas, basta con introducir un palillo en una
patata y si sale y entra con facilidad estarán en su punto.
En
casa nos gusta acompañarlo con…
Un
acompañamiento muy agradecido son unas chuletillas de cordero bien
"churruscaditas". Aunque esto lo digo porque siempre las he comido así
en mi casa, de verdad que es una combinación exquisita.