Patatas bravas |
Tal
como os habíamos prometido en la entrada de las patatas
“diablo”, aquí tenéis nuestra manera de preparar patatas bravas.
No
podían faltar en nuestro recetario particular y, aunque son casi infinitas la
manera de prepararlas, estas son de nuestras favoritas. Por qué, porque la
salsa está elaborada a base de tomate (sin
mahonesa), y porque quedan blandas por dentro y crujientes por fuera.
Y aunque
la salsa está muy rica, quizás lo que más nos gusta es el toque crujiente y
nada aceitoso que conseguimos con la fritura de las patatas.
Sin
más preámbulos una de las reinas de los aperitivos… las patatas bravas.
Necesitamos
- 2-3 patatas medianas
- Aceite de oliva para freír
- Sal
Para
la salsa
- 5 ó 6 cucharadas colmadas de salsa de tomate
- 1 cucharada de aceite de oliva
- Coñac o brandy
- Guindilla cayena
- Tabasco
Empezamos
1º
Freímos las patatas
Pelamos
y cortamos las patatas en trozos cuadrados, de tamaño de bocado. Posteriormente
las lavamos debajo del grifo para quitarles el almidón. Escurrimos y secamos
muy bien con un paño limpio o papel de cocina.
Ponemos
abundante aceite en una sartén o freidora a fuego alto. El aceite debe cubrir
bien todas las patatas. Cuando el aceite esté bien caliente añadimos las
patatas y bajamos a fuego mínimo, dejando que se cocinen durante unos 10
minutos (dependiendo de la cantidad de patatas).
Sacamos
las patatas y las escurrimos bien con el cestillo de la freidora o, en su defecto,
con un colador grande. Aunque parecen que van a quedar aceitosas no os
asustéis.
Dejamos
que reposen.
Mientras
volvemos a poner la sartén o freidora a fuego alto. Cuando el aceite esté muy
caliente añadimos de nuevo la patatas y dejamos que se terminen de freír
durante unos 5 minutos, hasta que doraditas y crujientes.
Sacamos
las patatas del aceite y las escurrimos muy, muy, muy bie, igual que antes con
el cestillo o colador. Salamos al gusto
2º
Elaboramos la salsa
En
una sartén añadimos una cucharada de aceite de oliva y 2 o 3 guindillas
cayenas. Ponemos a calentarlo a fuego medio durante un par de minutos,
vigilando que no se nos quemen las guindillas.
Retiramos
las guindillas y añadimos la salsa de tomate y un chorro de coñac o brandy.
Dejamos
que se cocine el conjunto, se evapore el alcohol y reduzca removiendo de vez en
cuando.
Pasado
unos 5 minutos probamos para ver el picante y, si queremos, le echamos un poco
de tabasco. Retiramos de la sartén y reservamos.
3º
Preparamos el plato
Colocamos
las patatas en una bandeja y las acompañamos de la salsa.
Que
aproveche
Consejo
Para
poder comer las patatas bien calentitas, hacer primero la primera fritura de
las patatas, después la salsa y por último terminar de freír las patatas.
El
toque picante de la salsa dependerá de la cantidad y tipo de guindillas que
utilicemos. Ir practicando hasta que logréis el que más os guste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario