Costillas
del señorito o “lágrimas” con ajimoji
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En
muchas ocasiones la curiosidad nos puede y tenemos la sana costumbre, o no
según como se mire, de preguntar para no quedarnos con la duda sobre aquello
que nos ronda en la cabeza.
Y
esto nos ocurrió en una ocasión en la que en nuestra visita semanal a la
carnicería cuado vimos escrito “lágrimas”. Y según nos dijeron, las lágrimas son costillas de cerdo
ibérico sin hueso, vamos
sólo la chicha como
dirían algunos. Aunque el nombre es muy poético, sobre todo por lo ricas que
están, como nos parecieron tan fáciles de comer, y de cocinar, en casa las
hemos rebautizado como “costillas del señorito”.
Hoy
os traemos una receta habitual
de los bares de pinchos de Salamanca, sobre todo en la zona conocida como Van Dick, que es la carne a la brasa con una salsa típica con la que
suelen acompañarla.
También
podéis acompañar las costillas
con una rica salsa
barbacoa casera, como la que tenemos en el blog.
Necesitamos
para 2-3 personas
300
grs de costillas sin hueso, o lágrimas.
Aceite
y sal
Para
la salsa o ajimoji
50
ml de agua
50
ml de vinagre blanco (de vino, manzana…)
25
ml de aceite de oliva
2
ó 3 dientes de ajo, dependiendo del tamaño
Sal
Perejil
Empezamos
1º
Hacemos el ajimoji
En
un mortero machacamos bien los ajos y un poco de perejil fresco o seco en su
defecto. Para ayudarnos ponemos una pizca de sal. Dependiendo de vuestro gusto
por los ajos poséis añadir algún diente más.
Una
vez que los ajos estén bien machacados añadimos el agua, el vinagre y el aceite
de oliva. Probamos y rectificamos la sal al gusto.
Y
ya tenemos la salsa, sencilla y muy rica para acompañar cualquier carne e
incluso muchos pescados.
2º
Cocinamos las costillas
Calentamos
a fuego medio-alto un poco de aceite en una sartén, no mucha que la carne ya
irá soltando grasa mientras se cocina. Añadimos las lágrimas o costillas y dejamos que se cocinen hasta que estén churruscadas por fuera, dándolas una vuelta de vez en
cuando. Como son de cerdo ibérico
las tendremos jugosas por dentro y crujientes por fuera, vamos riquísimas.
Finalmente añadimos un poco de sal.
3º
Servimos
Servimos
las costillas bien
calientes junto con un recipiente con la salsa para que cada comensal se sirva
al gusto.
Por
cierto, no olvidéis acompañar el plato con una buen pan.
Que
aproveche
Consejo
Todos
aquellos que tengáis la suerte de tener barbacoa o la posibilidad de hacer una
parrillada, podéis hacer las costillas a la brasa, seguro que el plato gana
mucho…
La
salsa o ajimoji aguanta
tiempo en la nevera, por lo que podéis guardarla en un bote y utilizarla para
otros platos de carne, como por ejemplo para dar un toque especial a unas
pechugas de pollo a la plancha.
3 comentarios:
Las desconocía, geniales.
Te pasamos la pelota... Un arroz con lagrimas, como los qe tu sabes
Hola Kri Kri,
En mi zona se llama saxki, lo dificil será buscar el cerdo ibérico probaremos con Euskal Txerria o lo que es lo mismo cerdo vasco. Enhorabuen amuy buena entrada
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