Masa de pizza casera |
Redoble
de tambor, brrrrrrrrrrrr… por fin la receta más deseada de todos aquellos que
la han probado y la más esperada por los que han oído hablar de ella: masa
de pizza casera.
Está
basada en la masa de pizza tradicional: fina y ligeramente crujiente, como nos
gusta en casa.
Ingredientes
Los
ingredientes que os damos es para un pizza de 30 cm de diámetro.
100
ml de agua mineral del tiempo
150
grs de harina de fuerza (o normal si no disponemos de ésta)
½
cucharadita de sal
½
sobre de levadura de panadería
1
cucharada de aceite de oliva
Semolina
(opcional)
Empezamos
Preparamos
la masa
En
un bol echamos la harina, la sal y la levadura. Lo mezclamos con un tenedor.
Añadimos
el agua poco a poco y mezclamos, hasta que veamos que la masa se vaya
despegando de las paredes del recipiente y se pueda manejar con las manos.
Ponemos
la masa sobre la encimera de la cocina ligeramente enharinada y amasamos entre
5 y 10 minutos. Durante el amasado iremos añadiendo el aceite poco a poco.
Notaremos
que cuando añadimos el aceite veremos que la masa parece que se rompe. No pasa nada, seguimos amasando
enérgicamente.
De
la misma manera, si mientras estamos amasando se nos pega la masa en las manos
o la encimera lo vamos corrigiendo
añadiendo un poco de harina. Siempre muy poco a poco para no pasarnos.
Una
vez preparada la masa la hacemos una bola y la ponemos en un bol con la base y
las paredes enharinadas o untadas con aceite y lo tapamos con un trapo
ligeramente humedecido.
Dejamos
reposar la masa
Dejamos
reposar la masa a temperatura ambiente durante 2 horas, hasta que veamos que
aproximadamente ha doblado su volumen.
Si
queremos una masa más rica y digestiva la dejamos reposar durante 24 horas en
la nevera.
Preparamos
la base de la pizza
Enharinamos
un poco la encimera y ponemos la masa. La aplastamos con el puño o los nudillos
para sacar el exceso de gas que haya cogido durante la fermentación.
Aprovechamos para ir dándole cierta forma redondeada.
Con
la yema de los dedos vamos estirando la masa desde el centro hasta el borde,
para acabar de darle la forma redonda. De vez en cuando la damos la vuelta y la
seguimos trabajado por el otro lado.
Para
acabar con ayuda de un rodillo, y sin presionar demasiado, la alisamos hasta
que quede con unos 3 mm de grosor.
Cocinamos
la pizza
Las
pizzas tradicionales se cocinan en hornos de leña que alcanzan temperaturas muy
superiores a las que podemos conseguir en un horno doméstico, por eso tenemos
que precalentar el horno a su máxima temperatura.
Cortamos
un trozo de papel vegetal y lo colocamos encima de la bandeja del horno.
Untamos
la base de la pizza con tomate (ojo, no mucho) y la introducimos en el horno a
potencia máxima durante 3 ó 4 minutos, hasta que veamos que ha empezado a coger
firmeza.
Sacamos
la masa, la ponemos encima de la rejilla del horno y añadimos la mozzarella y
el resto de los ingredientes.
Volvemos
a introducir la pizza en lo horno durante hasta que veamos que los bordes están
dorados, unos 10 minutos.
Lista
para comer
Consejos
En
el caso de que queráis hacer más masa solo tenéis que aumentar las cantidades
de los ingredientes manteniendo las proporciones.
En
vez de en la bandeja del horno tradicional podéis utilizar otras especiales
para pizza que son agujereadas, de manera que no tendremos que utilizar las dos
bandejas del horno.
Si
queremos que la masa nos quede más crujiente debemos añadir un poco de semolina
cuando la estemos amasando.
Unas
rodajas de tomate natural sobre la mozzarella le da más gusto y nos quedara mas
jugosa. Pero ojo, para no aguar la pizza, debemos secar la rodajas previamente
colocándolas un rato sobre papel de cocina.
Por
último, si quieres disfrutar de la masa no la sobrecargues con la mozzarella,
el tomate y los ingredientes. Todo tiene su justa medida.
1 comentario:
Prometo hacerla en breve!!!!!!! La q llevo tanto tiempo esperandola jeje
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