Sardinas a la plancha con salsa de mostaza |
Dice
la letra de la canción “Sabor de amor” de Danza Invisible… “besarte es como
comer naranjas en agosto y uvas en abril…”. Pues bien, sabiendo un poco sobre frutas, sospechamos que
esos besos no sabrán precisamente a amor, tal como reza el estribillo de la canción: difícil encontrar
ricas naranjas en agosto y buenas uvas en abril.
Sírvanos
esto para reflexionar sobre la temporada de los alimentos y cuándo los deberíamos consumir.
Actualmente
podemos encontrar en el mercado gran variedad de alimentos frescos durante todo
el año, aunque en muchas ocasiones éstos no estén en su temporada, por lo menos en nuestro hemisferio. Pero
tenemos que reconocer que cocinar y comer alimentos de temporada tiene sus
ventajas: más facilidad para encontrarlos, mejor precio y mejor calidad.
Y
es un tema que ya viene de lejos. Simone Ortega ya incluyó
en su libro “1080 recetas de cocina”,
cuya primera edición data de 1972, un calendario de productos alimenticios.
Incluso con anterioridad, en 1950 cuando se publicó el libro “Manual de
cocina” de Ana
María Herrera, en el que las recetas viene clasificadas como “Minutas
diarias de comida y cena propias de cada estación”.
Aparte
de las dos fuentes que os hemos citado, existen en la web numerosas páginas en
las que podéis encontrar calendarios de temporada de alimentos. Aunque también
podemos optar por algo más tradicional, preguntar y dejarnos aconsejar por los
antaño conocidos como “tenderos”.
Y
siguiendo los consejos de nuestra pescadera nos llevamos para casa unas muy
apetecibles sardinas.
Necesitamos
para 2 personas
4
sardinas grandes (½ kg aprox.)
1
puerro
1
yema de huevo
1
cucharada de mantequilla
1
cucharadita de mostaza
100
ml de nata para cocinar
Aceite,
sal y pimienta
Empezamos
1º
Preparamos la salsa de mostaza
Ponemos
un recipiente al baño maría y añadimos la yema de huevo. Removemos con ayuda de
una varilla y añadimos la mantequilla en trocitos. Cuando tengamos una pasta homogénea incorporamos la mostaza y por
último la nata. Seguimos removiendo hasta conseguir una salsa de mostaza de textura ligera. Reservamos en el
recipiente al baño maría retirado del fuego para que no se enfríe mucho.
2º
Freímos el puerro
Cortamos
el puerro en juliana y lo freímos en abundante aceite caliente hasta que esté
dorado.
3º
Cocinamos las sardinas
Mientras
se fríe el puerro, en una sartén o parrilla untada con un aceite cocinamos las
sardinas salpimentadas.
3º
Emplatamos
Servimos
las sardinas acompañadas de la salsa y los puerros fritos.
Que
aproveche
Consejo
Para
que el plato sea más fácil de comer, especialmente si tenemos niños como
comensales, podemos hacer como hemos hecho en casa, cocinar las sardinas
retirándoles la cabeza y las espinas y cocinándolas en filetes.
Como
se dice comúnmente, así nos las comeremos como pipas.
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