En
muchas ocasiones cuando comemos pescado nos es complicado encontrar una manera
de hacerlo que no sea frito o rebozado, que es muy socorrido. Esta vez nos
animamos a hacerlo de una forma diferente y quedamos encantados.
Optamos
por hacer pescadilla, pues es pescado de “temporada”, y conseguimos un buen sabor a un precio razonable. Aunque seguro
que también está rico con otro pescado blanco como la merluza.
Como
compramos una pescadilla entera para esta receta utilizamos los lomos, aunque
también se puede utilizar las otras partes, lo importante es que todas las que
vayamos a cocinar tengan más o menos el mismo grosor, para que se queden hechos
por igual. Confesamos que como nos gustó tanto el plato y nos sobró un poco de
salsa, al día siguiente repetimos con el resto de pescado que teníamos.
Necesitamos
para dos personas
Lomos
de una pescadilla –limpios y cortados en 4 trozos-
1
cebolleta un poco grande
1
ajo
1
vaso de sidra
1
chorro de vino blanco
1
cucharada de salsa de tomate –tipo casero-
Aceite
y sal
Empezamos
1º
Preparamos la salsa:
En
una sartén con un poquito de aceite doramos el ajo pelado y partido por la
mitad. Después incorporamos la cebolleta cortada en juliana y dejamos que se
poche todo a fuego bajo.
Cuando
la cebolleta esté blanda añadimos la sidra, el vino blanco y la salsa de
tomate. Dejamos reducir en la sartén a fuego bajo medio y pasamos por la
batidora.
2º
Cocinamos el pescado.
Untamos
con aceite el fondo de una fuente apta para horno y que tenga tapa. Colocamos
la pescadilla con la parte de la piel hacia abajo. Ponemos la tapa y metemos en
el horno previamente precalentado a175-200º C durante 12-15 minutos,
dependiendo del tamaño de los trozos de pescado. Lo importante es que nos se
nos quede seca, por ello optamos por utilizar el recipiente con tapa.
3º
Emplatamos
Sacamos
la pescadilla del horno, la colocamos en los platos y salseamos.
Listo,
que aproveche.
En
casa nos gusta acompañarlo con…
Aprovechando
que íbamos a utilizar el horno hicimos una guarnición de patatas al horno,
cortadas en rodajas muy finas. Perfecto acompañamiento.
Consejos
Si
queremos que nuestro plato tenga gusto a ajo, debemos incorporarlo a la receta
antes que la cebolleta, ya que el agua que suelta al pocharse no dejará que “salga”
el sabor del ajo porque se nos cocerá. Esto nos vale también para cualquier
otro plato que lleve ajo.
Para
no desaprovechar la sidra en vez de una botella grande podéis utilizar la que
venden en botellines de 25 cl.
La
idea de esta receta
De
vez en cuando en los envases de los alimentos el fabricante nos sugiere alguna
receta para cocinar su producto. Leímos la receta en un envase de merluza
congelada, nos pareció interesante y compramos la sidra… que se quedó en el
armario. Meses más tarde, ordenando la cocina apareció la sidra, que no la
merluza, decidimos ponernos el delantal y hacerla adaptándola a lo que teníamos
en la nevera.